viernes, 29 de mayo de 2015

El YO Nerón

El YO Nerón


En Diciembre de 2014, fui a dictar una charla en una empresa de distribución de equipos médicos ubicada en Caracas; al llegar note muchas caras largas y otras malhumoradas por lo que le pregunte a Yesenia la Gerente de Procesos el por qué de la actitud de las personas porque se notaba un ambiente muy tenso y la respuesta fue – bueno, ya conocerás al Waco – el Supervisor de Personal.
Por supuesto no pudimos comenzar a tiempo porque debía esperar a Waco, era el encargado de la bienvenida, además que me interrogó sobre la agenda del día y el tema a tratar en el taller y trato de indicarme que puntos el estaba convencido no debía tocar con su personal por considerarlo “delicado”
Pero ¿Qué hace a Waco tan especial? Y es que su relación con sus colaboradores es más bien amarga y apática por su mal trato continuo, su prepotencia y gran ego que a todos molesta dentro de su organización.
El lema general de sus colaboradores o iguales es que si no te sometes al yugo de Waco tendrás que irte, lo cual pude constatar en 3 días de visita en la empresa en donde éste personaje trato de asediarme cuando alguien se me acercaba para preguntar cualquier cosa o realizar algún comentario; Waco quería saber que preguntaban o que dijeron por lo que le explique que todo era un secreto de confesión.
El caso es que Waco es un líder con rasgos “egocéntricos” lo que representa un elemento de estrés psicológico para la empresa por el tipo de trato que dispensa a los demás así como en su diario comportamiento por lo que empecé a buscar más información y los trabajadores no escatimaron en brindarme muchos detalles, y es que la lista de los supuestos atropellos cometidos era para sentarse un buen rato, los supuestos atropellos que acusaban los trabajadores iban desde quitarle una ruta a un vendedor que no le gustaba su comportamiento sospechoso para reasignarla a gente de su confianza, pero, ¿qué molestaba a Waco de estos vendedores? La razón era que a diferencia de los vendedores del grupo de Waco, estos planificaban su ruta desde el negocio más distante hasta el más cercano a la empresa y de ésta manera podían entregar los pedidos al departamento de ventas y les quedaba tiempo de sobra, mientras que el otro grupo complacían a Waco en las direcciones de los clientes que él prefería fuesen primero y cuales lo últimos, lo que los obligaba a ir de extremo a extremo de la ciudad lo que demandaba tanto tiempo en tránsito que salían tarde de la empresa haciendo órdenes de despacho para el departamento de ventas.
Estos líderes como Waco, más que generar confianza en la empresa, la destruyen porque el trabajador entiende que éste es el reflejo del supervisor por lo tanto se dará algunos de estos signos y síntomas.

  1. Desconfianza en el supervisor y entre miembros del equipo.
  2. La sensación de trato injusto es generalizada.
  3. Sentimientos de frustración en la mayoría de los miembros del grupo de trabajo.
  4. Sinergia inexistente. 

Mientras tanto, veamos como es el líder egocéntrico:

  Las conductas egocéntricas en los cargos supervisorios generan conflictos por la vía del “Mobbing Laboral” ya que como definimos antes, el líder egocéntrico cargará contra todos aquellos trabajadores que posean cualidades que demuestren dominio o control sobre sus tareas, capacidad de resolución de conflictos, signos de superación o demuestren algún tipo de roce con elementos de alta jerarquía dentro de la empresa y todo ello debido a su carácter inseguro, con una autoestima pobre y con una imagen por el suelo, lo que hace que busque de llamar la atención constantemente.
Los grupos de trabajo que se encuentran bajo la supervisión de líderes egocéntricos deben ser intervenidos por profesionales de la Psicología Industrial, pues comúnmente quedan secuelas y resentimientos que requieren de atención especializada para reencontrar su balance energético como equipo.
Muchas veces emprendedores empresariales no perciben las bajas de personal que se producen porque el líder egocéntrico cubre con maestría que tuvo que salir de tal o cual trabajador por su trabajo mediocre, cuando en realidad es porque no fue complacido su ego o porque percibía que el trabajador representaba una amenaza a su cargo. El problema es que en la mayoría de los casos los líderes empresariales dan poca importancia a las quejas contra un supervisor (Jefe de Área, Gerente, Supervisor, Coordinador, Capataz, Maestro o cualquier título que otorgue supervisión sobre otro).

En lo personal, cuando visito una empresa y advierto situaciones que llaman la atención, suelo recomendar realizar una evaluación o encuesta de clima organizacional para determinar que situaciones subestándares se pudieran estar presentando ya que debemos recordar que de acuerdo a lo previsto en el Artículo 56. Deberes de los empleadores y las empleadoras numeral reza textualmente “5. Abstenerse de realizar, por sí o por sus representantes, toda conducta ofensiva, maliciosa, intimidatoria y de cualquier acto que perjudique psicológica o moralmente a los trabajadores y trabajadoras, prevenir toda situación de acoso por medio de la degradación de las condiciones y ambiente de trabajo, violencia física o psicológica, aislamiento o por no proveer una ocupación razonable al trabajador o la trabajadora de acuerdo a sus capacidades y antecedentes y evitar la aplicación de sanciones no claramente justificadas o desproporcionadas y una sistemática e injustificada crítica contra el trabajador o la trabajadora, o su labor.”



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