Es agradable llegar hasta el filtro del agua mineral, colocar el vaso bajo la válvula que libera la salida del precioso líquido transparente inorgánico, frío, inoloro e incoloro, compuesto de dos átomos de hidrógeno y un átomo de oxigeno (H20), pero alto, ¿usted limpió el cuello y pico de la botella antes de colocarlo en el filtro?, ¿no?, pues lea esto porque tal vez ahora si lo haga.
Los conocidos botellones de agua mineral viajan durante días (unos más otros menos) en la parte posterior de un camión completamente expuestos a la intemperie lo que hace que aparte de la manipulación dentro de la fabrica este se contamine con tierra, lodo, excremento de aves, hollín proveniente de los escapes de vehículos y otras menudencias que pueden quedar en la imaginación del lector, y a lo cual hay que sumarle la manipulación hecha por las personas que la transportan, que claro está no se lavaron las manos.
Luego de todo ello usted almacena un botellón que luego se pone en contacto con roedores, chiripas y cucarachas que dejar sus estela de enfermedades y bacterias sobre el envase.
En todo caso, desinfecte lo mejor que pueda el recipiente de agua antes de volcar el botellón sobre el filtro, de hecho puede usar una solución jabonosa con un chorrito de cloro o puede usar toallas antibactericidas (99.99%) y luego lave y seque suficientemente.
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