jueves, 17 de septiembre de 2015

Yo no puedo... cuando decide que rendirse es la opción

¡¡Yo no puedo!!

La sentencia está dada, la marca definitiva, el hecho cierto y material del manifiesto hecho verbo – yo no puedo – incide directamente en tu psique ordenándole a todo tu cuerpo que se de por vencido, que no luche más y entonces ocurre lo evidente, el descalabro.
No recuerdo cuantas veces he escuchado esto y cuantas otras fui yo el que accioné atentando contra mi desarrollo, contra mi crecimiento por decir no puedo, deje de hacer cosas increíbles por ello hasta que mi mente despertó y es que tuve que caer para luego levantarme, algo rudo pero no imposible; ¿valió la pena?, sí, cada segundo.
Para salir del “No puedo” hay que ver nuestro entorno como las relaciones interpersonales que tenemos que nos sirven de estímulos negativos o positivos y es que nuestros amigos y hasta nuestra familia sabotean nuestros pensamientos menospreciando las capacidades de cada uno, lo que se llama la sociedad de negativos. Quiero llegar hasta…, quiero ir a…, quiero ser…, ya no quiero más… son el inicio de la creación, la magia que está en la mente, y cuando lo contamos con tanta emoción, con alegría viva en nuestro pecho, retumban como grandes tormentas frases como, olvídalo es difícil… ¿qué harás qué? Te has vuelto loco; hermano, nadie lo ha hecho ¿para qué caraj… lo harás tú?; pero como dije antes, la mente fue, es y será el principio de todo, hasta de la propia creación.
El otro caso es que durante el proceso de cualquier etapa de nuestras vidas chocamos con algunos obstáculos que nos hacen caer en desánimo y pensar que no podemos hacerlo, pero es solo un obstáculo y es que estos detalles mantienen ágil nuestra mente, busca soluciones, toca y abre otras puertas, cambia la metodología pero no cambia el objetivo, o como leí en alguna parte “solo tuviste un mal día, no una mala vida”.
Siempre he sido tildado de loquito por los inventos y proyectos que suelo emprender, pero al verlos en acción nunca faltan los comentarios de amigos animosos que dicen “Tenía que ser el loquito”, pero es que moví su mundo, rompí su paradigma, de allí que siempre tenga muchas preguntas alrededor para solventar alguna situación, tal vez no desde el modelo más pragmático o “normal”, pero es que lo normal para mi es discutible.
Motívese todos los días de su vida, levántese con actitud positiva, si inicia un nuevo proyecto, piense y evalúe todos los detalles que pueda, lleve notas si quiere de cada cosa y sus detalles, dibuje para que lo mire allí a su lado, de ese modo tendrá menos fallas y estará a un paso por delante; si ya está en el camino no importa cuántas veces caiga, lo importante, lo realmente importante es limpiarse las rodillas y seguir; a veces tendrá que limpiarse la nariz y enjugar sus ojos, pero luego seguro verá más claro el camino.
Recuerda que es fácil tirar la toalla, pero es mejor usarla para secarse la frente y seguir adelante.






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